domingo, 2 de febrero de 2014

Capítulo 1: El viaje comienza

 Cuando llegué a Minneapolis estaba lloviendo, sobretodo lo que hacía era aire y no pude mantener el abrigo de cuero desabrochado por mucho tiempo.
El viaje desde Virginia no había sido tan largo, sólo era coger un avión a una ciudad distinta, sólo que este no era cualquier viaje, este viaje me haría hacer una cosa muy mala para poder conseguir lo que quería.
Mi nerviosismo no era para menos, las cosas las había planeado desde hace unos nueve meses, pero pensar y hacerlas son dos palabras muy distintas.
Mientras salía del aeropuerto a todo prisa y cogía un taxi a mi destino, sólo pensaba en lo que tendría que contenerme para llegar a ver a mi hermano.
Mi hermano, esa era la cuestión de todo lo que estaba haciendo. La verdad es que hacía más de un año que no lo veía, desde que lo metieron en prisión no había sabido nada de él, no me dejaron verlo, ni hablar por teléfono, ni nuestra abogada pudo hacer nada para comunicarme con él.
Killian era muchas cosas, pero no era un asesino, pero sólo unos pocos, que lo conocíamos de verdad sabemos que él no pudo haber matado a Irina.
Irina era la novia de Killian, su padre no era nada más ni nada menos que el Gobernador de California, por eso es que no habían puesto un dedo en sacarlo de la cárcel o de la ejecución que se avecinaba. 
Él era un político, uno con dinero suficiente para comprar a cualquier estúpido investigador y hacerlo poner en contra de Killian.
Debo decir que el hombre tenía sus razones, encontrarse a su hija muerta en manos de su novio no daba mucho a lo que pensar, hasta yo lo hubiera culpado si fuera él. Lo que el Gobernador no sabe es que alguien como mi hermano, con su don quiero decir, es imposible que dejes rastros de su muerte, huellas o forcejeos o cosas por el estilo. Además, ¿por qué mi hermano querría matar a Irina?
El don de Killian, mi don, era matar con el tacto, todo el mundo lo llamaba «toque de la muerte».
Se suponía que dos hermanos de distinto género, no podían tener el mismo don, pero lo que pasó fue hace mucho tiempo, cuando mi tatara-abuelo cambió la ley que hace muy poco se había asentado.
No hacía tanto tiempo que la gente empezó a evolucionar, los humanos comenzaban a cambiar, a tener magia y brujería, como muchos los llamaban, pero no se trataba nada de eso. Sólo unas cuántas células se renovaban y nos convertían en seres con poderes, nosotros lo llamábamos dones.
Cada persona nacía con un don diferente, bueno no todos. Como antes había dicho los Kardashian eran diferentes, uno de mis antepasados se había casado con su prima y eso provocó que todos siguiéramos con el mismo don, fuéramos mujer o hombre tendríamos el mismo don de siempre. 
Lo normal era que las madres transmitieran su don a sus hijas, al igual que los padres su don a sus hijos, bien, pues eso en nuestra familia era excepcional. 
De ahí que fuéramos famosos y conociéramos a gente cómo el Gobernador, eramos una de las familias más ricas de la historia.
Aparte del problema de matar, la cosa es que mi familia moría joven, no había mucha gente que quedara viva pasados los cuarenta, o era por la locura o porque te matabas, o porque provocabas la muerte de otra persona y te ejecutaban.
Toda mi familia sabe lo que le espera con este don, que hay que enfrentarse a la bestia que llevas dentro y cómo debes luchar por mantener el control para no dañar a nadie.
Y pensar que todo comenzó con Irina, la dulce chica que mi hermano conoció en un baile de la alta sociedad. Su muerte causó demasiado daño, después de acabar en la tumba el Gobernador metió en la cárcel a Killian, y no sólo ahí, sino en las celdas de máxima seguridad.
Lo único que consiguió la abogada fue trasladarlo a un reformatorio gracias a que también eramos ricos.
Un lugar tan aceptable como el Reformatorio Estatal de Minneapolis no era dónde cualquiera acabará, era pura suerte que mi hermano aún siendo rico, pudiera encontrarse antes de su ejecución.
Su ejecución. Ahora que la guerra se había cernido sobre todo el Mundo, sobre el tema de que había gente que se convertía en un homo evolutis y otra que se quedaba atrás en el homo sapiens sapiens, su ejecución era lo más importante para mí en aquellos momentos.
Hace una semana, la abogada de Killian, Rosalie, me llamó avisando de que habían adelantado la fecha de su ejecución a un mes, un corto mes, que me dejaba
con el alma en los pies y con menos posibilidades de sacarlo de dónde estaba preso.
Compré un vuelo el mismo día, hice todo lo que pude y llamé a Dominic antes de salir para Minnesota.
Nos encontraríamos ahora, para hablar de lo que se avecinaba.
Mis preocupaciones eran por ese corto tiempo que me habían dejado, en un mes todo tenía que salir al pie de la letra y nada podía salir mal. Iba justa de tiempo para poner en marcha todo.
El coche dio un freno repentino y me dí cuenta que habíamos llegado, así que pagué al taxista, saqué mi mochila del gimnasio, que ahora estaba llena de mudas de ropa, un par que otro zapatos y algunas cosas necesarias de aseo, y salí del coche rápidamente.
Me quedé parada en la acera, viendo a la gente caminar y sintiendo ese ruido abrumador corriendo alrededor, disfruté de esos últimos minutos pensando en todo lo que iba a hacer y si estaba dispuesta a arriesgar mi vida para salvar a mi hermano.
Antes de que me diera cuenta de lo que hacía, entré en Shazha, la cadena de desayunos más famosa en todo el mundo, que estaba en Silver Avenue confirmando que no me echaría atrás y que no podía dejar las cosas como estaban.
Aquí es dónde mi vida empieza a tener sentido, en este instante es cuando mi viaje comienza, me llamo Kimberly Angeline Kardashian y voy a salvar lo que quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario